La única persona a la que no debes hacer daño es a la que está frente al espejo
Este artículo está dedicado a mi amiga Maybell, quien me pidió que tocáramos este tema (May, después viene el de los temas paranormales, paciencia). También está dedicado a todas aquellas personas (incluyéndome) que a veces, por consideración con los demás, termina metida en situaciones incómodas por pasarse de “buena gente”.
Como siempre, aclaro que no soy psicóloga, socióloga, ni nada parecido, simplemente soy una persona con bastantes años encima y que le gusta indagar, ver los diferentes puntos de vista en cada situación y encontrar las soluciones más sencillas para cada caso. Si te sientes identificado con algunas cosas que escribo, no es con la intensión de que te sientas mal, reitero que la idea es que veas si mis consejos te sirven.
Ahora si, entremos en materia.

Estas en la oficina, full de trabajo y uno de tus compañeros te pide que contestes su teléfono mientras él va al baño. Es una situación normal que nos pasa a todos. Haces el favor en varias oportunidades. Un día te das cuenta que sus idas al baño, que duran bastante tiempo, es porque se va a tomar café con otros compañeros, o se queda en la oficina de alguno de ellos conversando.

Lo ideal sería entonces ponerle algo de “diplomacia” a la respuesta y que la próxima vez que te diga “voy al baño” le respondas “estoy full de trabajo y tengo que sacar unas copias, date prisa”. Con eso le estas poniendo limite al favor y le estas recordando que tú también tienes trabajo. Si ves que no fue al baño y lo encuentras parloteando, te acercas, le dices “voy a sacar copias” y listo, con eso el sabe que no vas a estar cubriéndolo y tendrá que ir a hacer su trabajo.

s! Ahí está, muerto de la risa hablando mientras yo estoy ¡haciéndole el trabajo!” “menos mal que solo iba un momentito al baño” “quien se cree que es?, es un abusador” etc, etc, etc. Después la queja termina llegándole a tu mejor amigo o familiar donde le cuentas lo que esa persona abusadora está haciendo contigo y la respuesta de alguien que está viendo la situación desde afuera es “¿porque no le dices la próxima vez que no?” Y…. (inserte aquí sonido de grillos en una noche silenciosa), o sea… no dices nada o tú mismo terminas poniendo excusas como las que mencioné antes, que si la convivencia laboral, que si “la va a agarrar conmigo”, etc.
Entonces, antes de que pierdas el sueño o te salga una úlcera por alguien que ni tiene la menor idea de tu molestia busca la manera de enfrentar la situación y cortar el abuso desde el mismo momento en que te des cuenta. ¿No eres bueno con las palabras y no sabes cómo decir las cosas para no crear conflictos? Pide consejo, tus amigos o familia te dirán sus posibles respuestas ante esa situación y elige la que te parezca más apropiada. Desde ya te digo: MANTEN TU MENTE ABIERTA Y NO PRESUMAS NADA Porque en ocasiones nos están dando las soluciones y nos imaginamos posibles respuestas que distan de la realidad y hasta ponemos excusas diciendo “eso no servirá, me contestará de equis manera” y nos auto saboteamos.

Mi amiga trabajaba en aquel momento con uno de los vicepresidentes de uno de estos bancos. El jefe de Ana (nombre ficticio, por supuesto) era un hombre de mucho dinero y, a pesar de lo que estaba pasando, él no estaba dentro de las investigaciones pues sus cuentas estaban bastante transparentes. Mientras pasaba la investigación y las autoridades competentes tomaban control del banco con todos sus empleados y activos, pasó más o menos un año. En ese tiempo los sueldos de los empleados estaban congelados (mientras la inflación y el sueldo mínimo aumentaba considerablemente), lo que dejó a Ana con un sueldo totalmente devaluado y con promesas de un aumento próximo, retroactivos, etc. Ante esta situación, Ana habló con su jefe, exponiéndole que ella prefería buscar trabajo en otra parte y la respuesta del jefe fue que esperara a que la situación se normalizara, que no pensara en “el cochino dinero” que no lo dejara a la deriva, que una empleada como ella era muy importante, que el nuevo salario vendría pronto, que él la apreciaba muchísimo, que juntos formaban un excelente equipo de trabajo, etc.

Y no es que yo estuviera cansada de escuchar a mi amiga quejarse, estaba molesta porque ella no terminaba de darse cuenta que ese señor tenía una vida aparte, en condiciones muy diferentes a las de ella. Ana se justificaba diciendo “es que me da dolor decirle que me voy, es como si le fallara, es que él es un señor muy mayor”. Mi respuesta fue “siiiii y se va a morir algún día, con o sin tu renuncia!!!. Ana, ese señor hace meses que dejó de estar en la nómina del banco, y a él le importó tu situación???? ¿No verdad?, entonces ¿porque tiene que importarte a ti su opinión? Ese señor se va a ir definitivamente a su casita de 2 pisos, con su carrito último modelo, con su nevera bien llenita de comida, viajando cada cuatro meses a Europa y te va a dejar ahí aguantándote un sueldo miserable, con un ambiente de trabajo pésimo y con una ulcera que no se te va a quitar porque todos los días vas a decir: ¿para que me quede? Ni un llaverito con la torre Eiffel te va a traer porque ni se va a acordar de ti ni de tu lealtad ni la consideración que le tuviste. ¡La única persona con la que te debe dar dolor y consideración y a la que no debes fallarle nunca es a ti misma! ”

Para cambiar el escenario laboral, les contaré una anécdota de mi adolescencia. Estaba cursando 4º año de bachillerato en un colegio de señoritas. Como era nueva, no tenía muchas amigas y digamos que el 99% de mi salón no me quería nada jajajaja. Si… saquen cuenta… solo tenía una amiga, se llamaba Delia, tampoco era la mata de la simpatía, ella era muy tímida y al quedar a mi lado como compañera de escritorio, no le quedó más remedio que conocerme y bueno.. el tiempo se encargó de que nos lleváramos muy bien. El caso es que las dos chicas que se sentaban delante de nosotras eran de ese grupito que les encantaba hacer “bullying discreto”, esas que no son capaces de decirte las cosas en la cara y que te sonríen “amablemente” dejando ver con claridad que de tener la oportunidad de despellejarte viva lo harían. Yo soy una sobreviviente, desde muy pequeña y gracias a Dios he sabido como manejarme dentro de este tipo de situaciones sin demostrar si me afecta o no, devolviendo exactamente la misma “amable” sonrisa.


Pero… ¿que habría pasado si yo hubiera cedido? Pues que a estas alturas si que me acordaría del verdadero nombre de María, pues mi ulcera formada por todo aquello que no dije, se encargaría de recordármelo. Tendría pensamientos como “¿Por qué si me odia me lo pidió justo a mi? ¿Por qué no se lo pidió a sus amigas que viven molestándome? ¿Por qué no le dije que no? ¡Es una descarada!, etc…
En estos casos no se necesita insultar ni justificarse y mucho menos ponerle alternativas al agresor. Nada de “ve a pedirle el diccionario a tu abuela” o “¿si te caigo mal, para que me lo pides? Ni mucho menos “¿porque no se lo pides a una de tus amigas?” Aunque es lo que provoca, eso no importa, una respuesta clara, corta y sencilla es suficiente para dejarle los ojos dando vueltas a quien esperaba otra respuesta de ti. Ven… hasta se me dibujó una sonrisa contándoles la anécdota y recordando la cara de María y Huesitos. ¡Esos son los recuerdos que vale la pena atesorar! Jajaja.
¿Pero que pasa si la persona que está abusando de tu amistad o confianza es alguien cercano, como un familiar o una buena amiga? En ese caso diría que hay que analizar que tanto nos molesta esa actitud. Por ejemplo, si tu mejor amigo es de los que vive poniéndote en situaciones incomodas como decir que estaba contigo cuando en realidad estaba en otro lugar sin siquiera preguntarte antes de hacerlo, pues debes ser claro con él desde un principio. No te quejes con los demás sobre lo que hace, porque eso no va a solucionar la situación. Explícale que va a llegar un momento en que te agarren desprevenido y vas a terminar respondiendo que no sabes nada. Si aun así lo vuelve a hacer, no te pongas a lanzarle indirectas o asumas que, si tú se lo advertiste, el DEBERIA, por ser tu amigo, tomar en cuenta lo que le dijiste. Si se da nuevamente la situación, responde exactamente como le advertiste que pasaría, aunque eso deje mal a tu amigo. Si te reclama pues díselo “yo te dije que me avisaras antes, que esto podía suceder, me agarraron desprevenido y no supe que responder” Te aseguro que no volverá a pasar.
Hay situaciones también en las que acabamos de conocer a alguien y aceptamos que nos digan cosas desagradables simplemente porque “no somos así”. Un ejemplo claro es cuando estas conversando con alguien nuevo por cualquier red social. Al estar detrás de un teclado, muchos se sienten más libres de decir cosas que en persona no lo harían. Entonces vemos casos donde dicen cosas, que lejos de agradar, terminan incomodando, o peor aún, salen y te mandan la foto de sus partes íntimas cuando tu ni siquiera se la has pedido. Aclaro, esto pasa en hombres y mujeres, el caso es que las féminas si nos quejamos a voz populi del asunto y pareciera que somos las únicas afectadas, pero no… a ellos también les pasa y no siempre les agrada (sin que esto ponga en duda su masculinidad, simplemente se rigen por otros criterios). Entonces, ante una conversación desagradable, muchos optamos por intentar desviar la conversación, otros somos sarcásticos y otros optamos por bloquear a la persona. Ya desde un principio se deben poner los límites, no tienes que tener “consideración” con alguien que está demostrando claramente que no te la tiene a ti. Si algo no te gusta DILO, sin adornos, porque sin adornos te están diciendo cosas que no te gustan, y si no funciona, pues el botón bloquear es la mejor opción. Si es así empezando a conocerse, imagina cuando se tengan confianza.
Lo mismo pasa con nuestras parejas. Aquí la cosa es más complicada porque las mujeres, aunque somos la representación física de la comunicación, al hacerlo en exceso terminamos confundiendo a los hombres, quienes todos sabemos que solo prestan atención a la mitad, de ahí solo sacan una síntesis y terminan haciendo todo lo contrario a lo que esperamos. Inversamente, los hombres suelen a veces ser un poco directos al momento de decir las cosas, claro.. cuando las dicen, porque muchos prefieren quedarse callados a empezar una discusión que saben que no van a ganar y que durará hasta después del apocalipsis.
Recapitulando, si hay algo que no nos guste, que nos haga sentir mal, y que empieza a alimentar un agujerito en el estómago, lo mejor es manifestarlo de la manera más clara posible. Como yo siempre digo, no llegamos a este mundo a ser infelices y está en nosotros construir y mantener nuestro entorno agradable, dentro de lo que el factor familia/país nos permita. Esto significa que si tu pareja es, por ejemplo, de los que no te deja hablar cuando están en una reunión porque siempre te interrumpe o no le importa mucho tu opinión, pues díselo, pero como decimos en Venezuela “claro y raspao”. No lo disfraces, no lo adornes, no le tires indirectas, porque él no lo va a entender (recuerda la síntesis). Si no lo haces de esa manera, vas a seguir carcomiéndote por dentro, quejándote con tus seres queridos (quienes te dicen a gritos lo que debes hacer pero que no escuchas) mientras prolifera la familia de Sr Ulcera y Sra Gastritis en tu estómago. Que no te de “cosita” “dolor” “pena” o cualquier sinónimo. Di las cosas claras porque al final, eres tú la que se va a enfermar si no pones un límite a estas cosas.
Y como siempre…. Mis recomendaciones.
Si eres de los que tu empatía va mas allá de tu amor propio, o no te gusta decir que no, o piensas que por negarte a algo vas a herir los sentimientos de la otra persona, a ser desleal, o quieres evitar conflictos, quizás estos consejos te sirvan.

2.- Si la situación es muy grave y tu negativa podría traer consecuencias desagradables, pues busca consejo de un profesional. Un psicólogo o un orientador podrían ayudarte muchísimo. Ellos suelen ver las cosas de manera más objetiva y poseen más herramientas para ayudarte a enfrentar el problema y guiarte para un desenlace satisfactorio.

4.- Deja de pensar que. si tú eres bueno con los demás, los demás también lo serán contigo. Como decía mi terapista holístico: “La vida te enseña desde pequeño que a veces la gente actúa de cierta manera sin ninguna razón. Es como cuando tienes cuatro años y tienes una cesta con flores y se las muestras a todos diciendo: ¿mira que linda mi cesta? ¿Te gusta mi cesta? Y de pronto pasa un niño y le da un golpe a la cesta y se cae al suelo, y le preguntas: ¿porque lo hiciste? y responde: porque si. No todos van a actuar de la misma manera que tú, no todos van a apreciar lo que tu aprecias, en otras palabras, no todos son buenos como tú.
5.- Y por último, el mismo consejo que le di a Ana. Mírate al espejo y repite “a la única persona a la que no debo fallarle es a mí mismo” Si te has dado cuenta que alguien está abusando de ti y lo sigue haciendo es porque tú se lo estas permitiendo y eso seguirá pasando hasta que seas tú mismo quien lo detenga. Los superhéroes que ayudan al desvalido solo están en las películas, en la vida real, el único superhéroe que puede salvarte eres tú mismo.
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¡Un beso y hasta la próxima semana!!!!
Más explicita no pudiste haber sido. Ciertamente, he sido victima por años, así como tu, desde niña. No hay sitio que no me tope en mi camino una abusadora (la mayoría mujeres) que quiera hacerme sentir inferior, maltratada, humillada y hasta burlada. Nunca olvidaré a ciertas personas abusivas a las que tuve que soportar por muchos años en un empleo, esas si que me echaron broma... jejeje... Me ha costado mucho cambiar, pero en eso estoy, además, te tengo a ti, cuando me veo envuelta en algún rollo del que no puedo salir, te pido auxilio. Yo también te quiero mi Pini!!!!... jejejeje....
ResponderEliminarGracias mi May, gente abusadora siempre hay, lo importante es saber como deshacerse de ellas. Un besote!!!
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