martes, noviembre 29

Espejismos - Segundo Capítulo



     Ya cerca del  amanecer se encontraban muy lejos de  aquella cabaña donde habían sido tan felices. Se detuvieron  en un pequeño oasis y se refrescaron. Los caballos saciaron  su sed mientras ellos comían silenciosos. Al segundo día de  viaje se percataron de que el semblante de Marcos había  cambiado. Se veía más ágil y también más tremendo. Estaba  sumamente intranquilo, se notaba rebelde y le llevaba la  contraria a sus padres. El anciano atribuyó el cambio del  niño al viaje, pero Lorena sentía algo extraño. Algo no  andaba bien. Javier sentía lo mismo.


     Esa noche frente a la fogata Lorena acurrucaba a Marcos  en su regazo mientras Javier y el anciano conversaban. Al  poco tiempo empezaron a sentir un calor sofocante, miraron  hacia la fogata pero ésta se había convertido en una llama de  medio metro de alto. Todos retrocedieron y miraron  estupefactos la pequeña figura que salía de la enorme llama.  Era una mujer pequeñita, algo así como una enanita. Miró  despectivamente al anciano y se acercó a Javier. Después de  hacer una reverencia le dijo: 



‑ He venido a prevenirlos de este hombre, este anciano ha  sido falso con ustedes. Les ha mentido.       


     Lorena y Javier miraron interrogantes al anciano. Este  retrocedió y dijo: 
 

‑ Yo no les he mentido, más bien trato de ayudarlos, los de  la  aldea tratan de asesinar a su hijo y yo estoy tratando de  evitar que eso suceda.   


‑ Es cierto ‑  dijo  Lorena  ‑  El trata de ayudarnos desde  antes que Marcos naciera, él nos contó la leyenda y está  tratando de que no le pase a nuestro hijo lo que le pasó al  de él.  


‑ El les mintió ‑ dijo la mujer.  


‑ ¿Y que querías que les dijera, quieren de verdad saber lo  que me sucedió?. Yo creí en la leyenda y tuve con mi esposa a  mi hijo, entonces los aldeanos se enteraron y fueron a  buscarnos. Asesinaron a mi esposa pero yo pude huir con mi  hijo. Entonces me dirigí hacia el este, hacia las montañas,  pero mientras más me acercaba la salud de mi hijo se iba  desmejorando así que cambié de dirección y me dirigí hacia el  oeste para así salvarlo. Pero a pesar de todos mis esfuerzos,  aún así él murió. 


‑ Tu hijo murió por tu falta de fe ‑ dijo la mujer ‑ La única  forma de salvar al mundo es llevando con fe a un niño  inocente al Dios del Este, pero tu fallaste y lo llevaste al  Dios del Oeste, al dios del mal y además de llevarlo a la  muerte empeoraste todo. Y nuevamente actúas mal y tratas de  engañarlos a ellos. Tu fuiste quien alertó a todos de la  existencia del niño. El Dios del Oeste mantiene cautiva el  alma de todos los niños que este hombre le ayuda a conseguir  a cambio del alma de su hijo. El ha actuado mal, con envidia  y mentira.                

     Lorena miró a la mujer y preguntó: 


‑ Entonces, ¿ qué debemos hacer ? 


‑ Marcos ha sido elegido para abogar por la bondad, su alma  es pura.  


     El anciano se acercó a la mujer que había salido de  las llamas. La miró con malicia y dijo en tono burlón: 


‑ ¿ Para abogar o para ser sacrificado, porqué no les dices  que mientras más se acerquen a la montaña el alma de su hijo  se irá apagando poco a poco hasta morir?. 
        

     Lorena comenzó a llorar de dolor y Javier corrió a  abrazarla. No sabían que hacer. Si se quedaban o si seguían  hacia el Oeste su hijo moriría. Pero si avanzaban hacia el  Este aunque el niño muriera no sería en vano. Lorena no  soportaba la idea de ver el alma de su hijo sufriendo por  toda la eternidad como el hijo del anciano o dejar que los  aldeanos lo mataran. Si se dirigían al norte o al sur  salvarían a su hijo, era cierto, pero ¿ por cuanto tiempo?  Así se perdieran del alcance de los aldeanos no debían  olvidar que el noventa por ciento del mundo estaría detrás de  ellos. El anciano al revelar la existencia del niño había  prendido una mecha que explotaría al momento de darle muerte  a su hijo. 



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