La Guardiana de Cetus - Quinto capítulo
La Guardiana de Cetus - Quinto Capítulo
Cuando la "puerta" se abrió, Jesrael se detuvo unos instantes para cerrar la burbuja de Lynx. Ahora estaba más pálida y por momentos cerraba los ojos y quedaba "ausente".
Jesrael la apoyó contra su pecho y la abrazó, continuando la marcha y conduciendo con una sola mano.
Al llegar a la nave fue ayudado por la tripulación. Uno de los jóvenes dijo asombrado:
— ¡Jesrael, la guardiana es hermosa!
— Así es.
— ¿Murió?
— Aún no — respondió Jesrael entristecido — pero morirá muy pronto. Así que recuerda muy bien su rostro, para que le cuentes a tus hijos.
— ¿Y la otra guardiana?
— Estará bien, y si esta mujer te parece hermosa, a la joven que acabamos de dejar no habría palabras que pudieran describir su gran belleza.
Liberaron de la burbuja a Lynx y la acostaron en la cámara de conservación. Ella abrió los ojos y pidió a Jesrael que la acercara a la ventanilla. Jesrael dijo:
— Haré algo mejor que eso. En la cabina hay suficiente lugar para la cámara. Allí tendrás una visión total del espacio pues está hecha de un material transparente. Así estarás a mi lado.
Lynx sonrió. La cámara fue trasladada a la cabina del piloto y Lynx pudo observar claramente todo a su alrededor. Jesrael hizo que la nave despegara y tomara el rumbo hacia Ashgard. Después de unas horas puso en funcionamiento el "navegante" quien tenía la ruta a seguir y lo dejaba abandonar su tarea. Se acercó a Lynx y supo que ella estaba agonizando. Sintió que su corazón se llenaba de dolor y como un acto reflejo tomó a Lynx en sus brazos y la sentó en sus piernas, apoyándola sobre su pecho. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y besaba continuamente su frente y su Sagitta, como si con ello pudiera evitar lo inevitable, como si quisiera darle vida y arrancársela a la muerte.
Lynx buscó su oído y le musitó:
— Te amo Jesrael, te esperaré en las estrellas.
— Yo también te amo, Lynx — dijo sin contener sus lágrimas — pronto estaré a tu lado, muy pronto. Te amaré hasta el fin de mis días y en mi último suspiro estará tu nombre.
— Adiós amor mío, ahora quiero que me ayudes a darle nuestro regalo a Zalixa, recuerda que me lo prometiste.
— ¡Pero después morirás!
— Ya casi estoy muerta y si no lo hago ahora nunca podré. Me lo prometiste.
Jesrael asintió. Lynx pudo ver a su planeta Ashgard y sintió una gran felicidad. Jesrael desconectó el navegante y detuvo la nave. Hizo que girara 180 grados, quedando la cabina apuntando hacia Cetus. Lynx miró hacia el satélite, pues sólo una guardiana que muere puede ver lo que los demás no pueden. Jesrael la besó y sus auras se unieron, brillando con tal intensidad que inundaron con su luz toda la nave. Después de unos segundos la intensidad fue bajando hasta que las auras se separaron. Los labios de Jesrael abandonaron lentamente los de su amada. En ellos se dibujaba una suave sonrisa y su aura se apagó por completo. Jesrael cerró aquellos ojos de esmeralda lentamente y abrazó con fuerza aquel cuerpo sin vida. Su amada, su Lynx había muerto y solo le restaba llorar, llorar como un niño, llorar como nadie lo había hecho jamás...
Y así, lentamente, la misión de la guardiana Lynx había concluido y entraba en la órbita de Ashgard como todas las demás guardianas, sin vida, para ser venerada por todo un planeta que tomaba muy en cuenta su sacrificio.
* * * * *
Zalixa observaba con tristeza el cielo. Allí, a lo lejos estaba el Lucero Milenario, y en él la imagen de su madre. Las lágrimas corrían por su mejilla, expandiéndose en la tela que cubría su rostro. Habían pasado dos horas desde que la nave había abandonado Cetus. Zalixa nunca olvidaría a su tía, no sólo por lo que le enseñó, sino que a través de ella y Jesrael supo lo puro y hermoso que era el amor.
De pronto algo brilló en el cielo, era como una pequeña estrella que cada vez se hacía más y más brillante. Su luz era entre rosa y azul y su intensidad opacaba el brillo de las otras estrellas. Vio entre la intensidad el rostro de Lynx y Jesrael y sus voces le decían "Gracias". Luego la estrella comenzó a moverse, siguiendo el curso de una estrella fugaz.
Esa había sido la última creación de su tía, una hermosa estrella fugaz. Zalixa estaba segura que su intensidad había sido captada por todos los planetas vecinos, incluyendo a Ashgard y Antares. Y también estaba segura que a partir de ese momento su tía había muerto.
Se quedó observando el cielo hasta que el último vestigio de luz había desaparecido. Luego fue a su habitación y se quedó en ella llorando por tres largos días...
Hasta aquí los primeros capítulos de esta novela, agradezco enormemente a todas aquellas personas que se han tomado el tiempo de leerla.
Muchas preguntas quedan en el aire: ¿Podrá Dracos escapar de su cautiverio aprovechando la ingenuidad de su carcelera? ¿Cual será su estrategia esta vez? ¿Habrá otra Guardiana despues de Zalixa? ¿Quien es la guardiana de la profecía? ¿Zalixa será capaz de llevar a cabo su misión hasta el final? ¿o podrá convencer a Dracos que acepte la paz que por siglos ha habido sin su consentimiento?
Si les gustó y quieren saber como termina esta historia, pueden adquirir la novela en Amazon en versión Kindle o impresa.
Nuevamente gracias por leerme...
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